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martes, 26 de febrero de 2013

A. S. Romer: Osteología de los Reptiles, Capitulo 1 (Fragmento)

El texto original del que proviene la siguiente traducción proviene del inicio del capítulo 1, titulado Introductory– Non Skeletal Organ Systems (Introductorio– Sistemas de Órganos No Esqueléticos) del libro Osteology of the Reptiles (Osteología de los Reptiles) de Alfred Sherwood Romer (1959). Aparte de que este libro me gusta muchísimo (ya lo he mencionado en una y otra ocasión), he querido incluir esta traducción por varios motivos. Primero que todo, porque me siento identificado ante el mensaje que deja Romer a los científicos que estudian vertebrados vivos, quienes en ocasiones no prestan suficiente atención a los esqueletos de sus objetos de estudio. Segundo, porque la discusión acerca de los "límites" de la (ya en desuso) Clase Reptilia viene muy al caso para la discusión que estoy iniciando en la entrada de mi otro blog acerca del origen de los anfibios modernos.

Aquí, la primera página del mencionado capítulo.


"Este volumen está diseñado para dar una explicación general de la naturaleza del sistema esquelético de los reptiles y las variaciones en ese sistema que se encuentran en los numerosos tipos de reptiles vivientes y extinguidos. Aparte del interés que puede ser inherente al estudio en sí mismo, el conocimiento del esqueleto de los reptiles es valioso para los trabajadores en múltiples campos. Para el herpetólogo, el esqueleto puede dar datos muy valiosos para el trabajo sistemático y debería, yo creo, ser utilizado mucho más allá de lo que es el caso como un suplemento a los caracteres superficiales más fácilmente disponibles. El estudios de los mamíferos fósiles tiene una ayuda fácil a la identificación de su material en los patrones de los dientes molares; no hay atajos de este tipo disponibles para el paleontólogo en el caso de los reptiles, y un conocimiento total del esqueleto de los reptiles es necesario para el trabajador de este campo. Los estudios en los principales aspectos de la evolución de los reptiles deben estar basados en el esqueleto, porque no es sino en raras ocasiones que tenemos conocimiento de cualesquiera otras características de los grandes órdenes extinguidos que comprenden la mayoría de esta clase de vertebrados. Es más, el esqueleto en si mismo da pistas a la naturaleza de otros sistemas de órganos – en particular el sistema nervioso y la musculatura – en las formas fósiles.

Una nota breve es necesaria aquí respecto a los límites de la clase Reptilia. No surge ningún problema si las formas del Reciente se consideran por separado, porque no hay intermedios vivientes entre los reptiles y los anfibios que los anteceden o los mamíferos y aves que descienden de ellos. Entre los fósiles, los “limites” superiores de los reptiles  nos causan pocos problemas. No se conocen formas transicionales entre Archeopteryx, definitivamente un ave (si bien una primitiva), y sus ancestros reptiles. Aunque hay varias formas fósiles que yacen cerca al límite reptil-mamífero, estas se conocen a partir de material tan fragmentario que son de poca relevancia*.
*El lector familiarizado con los temas se habrá percatado para este momento que la cantidad de formas conocidas en el registro fósil ha aumentado mucho en las décadas posteriores a la publicación del libro de Romer. Los criterios para delimitar la clasificación de los organismos en grupos también han cambiado mucho, afectando la definición de términos tales como “Reptilia” (Nota del Traductor).

Es muy diferente cuando intentamos trazar una línea definitiva de demarcación entre los reptiles primitivos y sus parientes y antepasados del Paleozoico. Un grupo considerable de formas, de las cuales Seymouria es un ejemplo típico, están cercanas al límite entre los laberintodontos antracosaurianos de los cuales los reptiles parecen seguramente derivados y la etapa reptiliana definitiva; en aras de la integridad* se incluyen aquí. Por otro lado,  yo considero que ciertas formas de las cuales se afirma en ocasiones que son reptiles o prereptiles – los “microsaurios” – son definitivamente anfibios sin relaciones reptilianas (Romer, 1950) y no son tratados en este volumen.
*Fue la mejor forma en la que pude traducir la expresión “for the sake of completeness” que aparece en el texto original, gracias a los foros de WordReference (Nota del Traductor).

El tetrápodo Seymouria, tomado del mismo libro de Romer, esta vez ya mas cerca del final.

En el estudio del cuerpo de un animal, ningún sistema de órganos puede ser discutido de manera inteligente por sí solo, como si existiera en una aspiradora. Cada sistema tiene una relación funcional y estructural con cada uno de los otros – una relación que es frecuentemente cercana e intima. El esqueleto de los reptiles no puede ser adecuadamente comprendido a manos que uno tenga algún conocimiento de los otros sistemas del cuerpo del reptil que puedan haber sido de influencia al moldearlo. El siguiente capítulo se dedica a una introducción, para aquellos que no estén familiarizados con tales temas, a la naturaleza de tales porciones de la “anatomía blanda” de los reptiles, porque esta tiene una importante relevancia sobre el esqueleto – un resumen en forma condensada (y por consiguiente muy aburrida). (...)"

martes, 19 de febrero de 2013

El Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno – ¿es el Calentamiento Global algo por lo cual preocuparse?


Doy inicio a mi nuevo blog con el siguiente texto, traducido a partir de esta entrada del blog "Paleopix", escrito por Penny Higgins. Lo encontré interesante debido a que explica, de una manera relativamente sencilla, la relación entre la paleontología, el estudio del clima en tiempos pasados y las preocupaciones acerca del cambio climático que vivimos hoy. La traducción ha sido previamente autorizada por la autora del blog, y algunas notas han sido añadidas para explicar conceptos confusos.

Hay montones de nombres para esto, algunos buenos, algunos malos: Cambio Climático, Calentamiento Global, Climate-gate*, el Fraude Climático. A menos que usted tenga la cabeza enterrada en la arena, habrá escuchado al menos una de estas cosas. Usted sabe que se habla mucho acerca de como cada año parece ser más cálido que el anterior –“el más cálido registrado- y que últimamente ha habido bastantes fenómenos climáticos alocados, incluyendo olas de calor en Australia y Europa, fuegos forestales masivos en el oeste de los Estados Unidos. Algunos reportes son muy alarmistas, mientras que otros afirman que estas son meras anomalías coincidenciales de las cuales solo sabemos debido a las técnicas de medición modernas y registros más completos. Algunos dicen que la tierra se está calentando a un ritmo alarmante y que necesitamos prepararnos para un escenario del tipo “El Día Después de Mañana”, mientras que otros dicen que no tenemos que preocuparnos y que eso es pura publicidad exagerada. Y en realidad, ¿Qué tan malo puede ser un incremento de uno o dos grados de temperatura?
*En referencia al escandalo de corrupción ocurrido en la década de 1970 en Estados Unidos que llevó a la renuncia del entonces presidente Richard Nixon (Nota del Traductor).

Si usted ha leído algunas de las anteriores entradas de mi blog*, probablemente sabe cuál es mi posición al respecto. Respecto a esta entrada, mis puntos de vista sobre la legitimidad del calentamiento global moderno son irrelevantes. Lo que quiero resaltar aquí no es si el cambio climático está ocurriendo, sino lo que pasaría si esos científicos ruidosos están en lo cierto y nos encaminamos a un mundo mas caliente. ¿Cuáles serían los posibles resultados de unos pocos grados de calentamiento? Hay modelos, por supuesto, todos matemáticos y computarizados, que muestran en que lugar se va a poner mas húmedo o mas seco y así, pero pensemos en algo mas real.
*Se trata, por supuesto, de una autoreferencia de Penny Higgins, la autora del blog "Paleopix",  del cual viene esta traducción (nota del Traductor).


¿Y si el despliegue publicitario resulta ser cierto y el mundo se está calentando? ¿Qué pasaría si no hacemos nada para mitigarlo?

El registro fósil proporciona una oportunidad para observar los cambios climáticos del pasado y ver que efecto tuvieron esos cambios en los animales que estaban vivos durante aquellas épocas. El registro fósil muestra que ha habido múltiples episodios de calentamiento global en la historia del planeta, mucho mas cálidos de lo que se proyecta como un posible resultado del calentamiento actual. Pero ser cálido y calentarse rápidamente son dos cosas diferentes. El calentamiento gradual ocurre de manera lo suficientemente lenta como para que los organismos puedan adaptarse. Pero el calentamiento moderno está ocurriendo dentro de una sola o unas pocas generaciones de animales, demasiado rápido para que ocurra la adaptación. ¿Qué ocurre entonces?


¿El registro fósil captura algún episodio de calentamiento global rápido? Si es así ¿Qué ocurrió?

La respuesta corta es “si”, y fueron malas noticias para muchos grupos de animales.
El ejemplo específico que utilizaré es el Máximo térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM*). Este es un episodio de calentamiento global que ocurrió aproximadamente 55 millones de años atrás (alrededor de 10 millones de años después de que los dinosaurios se extinguieran). El PETM en su totalidad duró entre 150.000 y 200.000 años, y el calentamiento ocurrió en un plazo de aproximadamente 10.000 años. Dependiendo de la fuente que se consulte, el calentamiento fue de entre 5 y 9 grados Celsius (entre 9 y 16 grados Fahrenheit). Compare esto con las predicciones modernas de un calentamiento de 4° Celsius (o mas) en unos pocos centenares de años. Las tasas de calentamiento son mucho mas rápidas hoy de lo que fueron en el PETM, y las tasas en el PETM fueron mucho, mucho mas rápidas que la mayoría de las demás tasas de cambio observadas en el registro geológico.
* siglas en inglés para Paleocene-Eocene Thermal Maximum (nota del Traductor).

El calentamiento asociado con el PETM es particularmente interesante por dos razones. 1) Se piensa que el calentamiento fue debido a un incremento en el dióxido de carbono en la atmósfera de la tierra, muy similar al calentamiento de hoy. 2) Los mamíferos ya estaban presentes para entonces, y eran los animales dominantes de gran tamaño que vivían en la tierra. Podemos mirar el registro de cambio en los mamíferos en el PETM como un análogo de lo que podría suceder si el calentamiento climático es “cierto”.
Entonces, ¿Qué sucedió?



Cambios en los taxones de vertebrados en Polecat Bench, cuenca Bighorn, Wyoming. © Philip Gingerich, 2006
La gráfica arriba muestra un montón de cosas. Fue publicada en 2003 en el Artículo Especial número 369 de la Sociedad Geológica de América. Está disponible aquí, desde la página personal de Philip Gingerich enfocada en su investigación sobre el PETM. Sugiero leer todo el artículo para obtener el contexto completo, pero por el bien de esta entrada me enfocaré solo en las columnas del lado derecho. Hay dos columnas tituladas “isótopos stables” (stable isotopes), y una serie de columnas (algunas resaltadas en verde y otras en rojo) que representan los rangos estratigráficos* de grupos específicos de vertebrados. La línea gruesa de color rojo marca el límite Paleoceno-Eoceno, y el recuadro en la columna de isótopos estables encierra la evidencia isotópica del PETM – un pico negativo en los isótopos de carbono y un pico positivo en los isótopos de oxígeno. Es el pico positivo de oxígeno el que proporciona la evidencia de calentamiento. El pico negativo del carbono proporciona información acerca de la fuente del calentamiento (dióxido de carbono en la atmosfera). Los detalles de como los isótopos proporcionan tal información son un tema para otra entrada del blog.
*"Rango Estratigráfico" se refere a la extensión en la cual se encuentra el fósil dentro de las capas de rocas sedimentarias, las capas mas jovenes depositadas sobre las mas antiguas (Nota del Traductor).

Enfóquese ahora en los grupos de vertebrados resaltados. En verde están los Plesiadapidae. Los Plesiadápidos son un grupo de animales que se piensa están cercanamente relacionados a los primates modernos. Se extinguen en el límite Paleoceno-Eoceno. Los primates modernos, resaltados en rojo, aparecen después del límite Paleoceno-Eoceno. Es posible, entonces, que el PETM fuera responsable por la extinción de los plesiadápidos y la aparición de los primates modernos. Quizás uno evolucionó en el otro, no estamos seguros en este punto, pero la pérdida de uno y la aparición de otro coincide con el PETM.
Tambien puede verse, resaltado en rojo, la primera aparición de los grupos Perissodactyla y Artiodactyla. Estos son todos los mamíferos con pezuñas modernos (Perissodactyla incluye a los caballos, los rinocerontes y los tapires o dantas. Todo lo demás es Artiodactyla). Es la aparición del primer perisodáctilo, Sifrippus (también llamado Hyracotherium o Eohippus) que define el comienzo de la “edad” mamífero norteamericana conocida como Wasatchiense, la cual se piensa que coincide con el límite Paleoceno-Eoceno. Antes del PETM, no hay verdaderos mamíferos con pezuñas, aunque se piensa que los ancestros de los perisodáctilos y los artiodáctilos podrían encontrarse en un grupo de animales conocidos en general como “condilartros”. Los condilartros disminuyeron en número después del PETM, para ser reemplazados por grupos modernos, reconocibles, de mamíferos.

Entonces es posible que el calentamiento global en el límite Eoceno-Paleoceno resultara en la evolución rápida de especies animales, resultando en la pérdida de muchos grupos que antes habían sido dominantes, y su reemplazamiento con nuevos grupos. Esto es un gran cambio. Esto no es un ejemplo de solo unas pocas especies que se extinguen. Estamos hablando aquí de órdenes enteros de mamíferos, incluyendo el Orden Primates, del cual nosotros somos miembros.

Ahora considere de nuevo que el calentamiento en el PETM tomó lugar a lo largo de varios milenios. El calentamiento global moderno está ocurriendo a lo largo de varios siglos. Si el calentamiento en el PETM alteró para siempre la historia de los mamíferos, ¿Qué podría ocurrir con el calentamiento global moderno? Quizás deberíamos pensar en esto antes que decirnos que no es necesario estar preocupados.